Hemos escuchado en muchas ocasiones que en Network Marketing sólo puedes alcanzar el éxito si tu equipo lo alcanza antes. Esto que además de ser una realidad aplastante y engloba la filosofía de este tipo de negocio, sustenta la necesidad de que efectivamente tu equipo sea un grupo exitoso puesto que si esto no sucede tú estarás lejos de conseguir los objetivos que te has propuesto.
Pero, ¿cómo consigues que tu equipo tenga éxito? La principal arma que tienes en tu poder es el ejemplo. Como líder sólo tienes que enseñarles dos cosas: cómo trabajar de forma exitosa y que ellos hagan lo mismo con el equipo que lideran. Ese es el poder de la duplicación. Así que aplícate el cuento y por tu propio interés enséñales las bondades del producto, que no tengan dudas con el plan de compensación de la empresa, muéstrales las técnicas más eficaces para conseguir prospectos, guíales en todo el proceso y resuelve sus dudas con la experiencia que te da llevar más tiempo en el negocio. Pero sobre todo enséñales a trabajar con honestidad. El Network Marketing es un sistema que se basa en las relaciones personales y por lo tanto es un modo de trabajo que toca las emociones. Sólo si tu equipo se muestra honesto con el resto de componentes y con aquellos que pueden serlo en un futuro, entonces podrán desarrollar el negocio con garantías de éxito.
Para que tu organización se construya con solidez y tu equipo sea constante no debes olvidar que todas las personas tienen talento, habilidades para las que destacan de forma especial y que pueden ayudar al grupo. Apóyales para que surjan de modo espontáneo y potencia las aptitudes individuales en beneficio de todos.
Un equipo eficaz es aquel que es capaz de sumar experiencias, individualidades y respeta al líder, y lo hace sobre todo porque cada uno como miembro del grupo es respetado a su vez, asume la responsabilidad de participar, el compromiso de apoyar y trabajar para otros y también la voluntad de enseñar lo aprendido a sus prospectos.
Como líder identifica a los líderes de tu equipo. Es fácil: son aquellos que tienen claramente definidos sus objetivos, que estudian constantemente para mejorar, que están comprometidos con el grupo y siempre están disponibles para ayudar a los demás. Trabaja especialmente con ellos. Enséñales todo (absolutamente todo) lo que sabes y pon a su alcance las herramientas que tú utilizas. No son tu competencia. Son la clave de tu éxito.
Mantén siempre el contacto con el conjunto del equipo. Motívales. Aprovecha las nuevas tecnologías como las salas de conferencias y los vídeo-emails. Que te vean la cara, tu entusiasmo… que podáis intercambiar experiencias, inquietudes, que podáis aprender juntos…
Suma. Ese es el éxito de tu equipo. Sin él no serás nadie. Sin embargo, si consigues duplicar tus esfuerzos y enseñas a que cada uno de los miembros lo hagan a su vez todos tendréis éxito. El éxito de haber alcanzado vuestros objetivos.
